Capítulo 14.

*Narra Liam*

Salgo corriendo para intentar cogerle, aunque ya se habrá escondido.
Este chico..
Sonrío y meneo la cabeza, ya lo pillaré.
Aunque ahora que lo pienso, Louis también habrá tenido algo que ver.
Subo las escaleras de nuevo y entro en el baño, encontrándome a Louis sentado en la taza del váter con una revista de deportes.
Me quedo apoyado en marco de la puerta hasta que me mira.
- ¿Has dormido bien? - sonríe mirando de nuevo hacia su revista.
Volteo los ojos.
Entonces se me ocurre algo.
En una zancada me planto delante de Lou, cojo el papel higiénico y salgo del baño, cerrando la puerta detrás mía.
- ¡LIAM! ¡SABES QUE PUEDO SALIR A BUSCARTE! - oigo decir a Louis.
- ¡Ya lo sé, pero no creo que lo hagas sabiendo que ____ y Kristen están aquí!
- ¿Qué? ¡Dame el papel!
Río y bajo las escaleras, encontrándome con Niall y Zayn.
- ¿Están aquí? - pregunta Zayn.
- No, pero no dejéis que Louis se entere - les susurro.
Les doy el papel y entro en el salón.


Cuatro meses después.
*Narra Kristen*

Esa imagen me mata.
Cada maldita vez que pienso en lo que acabo de ver se me parte el corazón en mil pedazos.
¿Por qué tuve que enamorarme?
¿Por qué no le hice caso a mi padre? Para una bola que me suelta..
El amor es horrible.
Me pongo el abrigo y salgo para refrescarme un poco.
Camino por las frías calles de Londres.
Entonces empiezo a ver como unas gotitas caen sobre el suelo.
Mierda.
Se me ha olvidado el paraguas.
Me agarro el gorro con fuerza y meto las manos en los bolsillos.
Empieza a llover cada vez más fuerte, pero no me importa.
Llego a un parque, aprieto los labios con fuerza y me siento en uno de los bancos.
Me quedo mirando al suelo durante unos minutos, pensando, hasta que alguien se pone delante mía tapándome con un paraguas.
Reconocería esos zapatos en cualquier parte.
Me resigno y miro hacia arriba, encontrándome con sus ojos verdes mirándome fijamente.
Me sonríe.
- ¿Qué haces aquí con la que está callendo? - dice mirando al nubarrón que tenemos encima.
- Esperar a que me crezca el pelo, ¿nunca has oído que con la lluvia crece más rápido? - sonrío sarcástica levantándome del banco.
Camino en la dirección contraria de donde está él.
Escucho sus pasos detrás mía, a unos pocos metros.
- ¿Por qué huyes de mi? - me pregunta.
- ¿Por qué me sigues? - digo sin girarme aún.
Hay unos segundos de silencio, hasta que responde.
- Porque mi madre me ha enseñado a perseguir lo que quiero.
Sonrío melancólica.
- ¿Ah, si? Pues Wendy está en la recepción del hotel.
- ¡Joder, Kristen! ¡Espera un momento!
Y escucho un estruendo.
Me doy la vuelta y me encuentro a Harry, mirándome, y el paraguas verde que llevaba, tirado en el suelo.
Y me acerco hasta a él a paso rápido.
- ¿Esperar? ¿A qué? - digo llena de rabia. - ¿A que te enrolles con más chicas delante mía? ¿A que te lleves a tu casa a una chica detrás de otra? ¿A que te rías de mi cada vez que le tocas el culo a una de tus putas? ¿A que el chico del que estoy enamorada me rompa el corazón más veces? Lo siento, pero me niego - y me derrumbo completamente.
Es una suerte que llueva, las lágrimas no destacan tanto.
Me doy la vuelta y empiezo a caminar.
Aunque solo doy unos pasos, porque Harry me coge del brazo, acercándome a él.
- Esperar a que te diga que eres la chica más increíble que he conocido en mi vida, a que nadie me había rechazado como lo has hecho tu, contando con que nadie me ha rechazado nunca y, sobretodo, esperar a que te diga que te quiero.
Me quedo paralizada durante unos segundos.
Me acerco a él, me pongo de puntillas y le beso.
Le sujeto el rostro con las dos manos, atraiéndolo hacia mi.
No creo que le disguste mucho, porque me agarra de la cintura y me sujeta fuertemente.
Nos separamos y le miro.
- Repitemelo - le digo sonriendo.
- Te quiero - dice y junta su frente con la mía.
- Suena mejor si sale de tu boca - sonrío.
Juntamos nuestros labios en un nuevo beso.
Y que quieres que te diga, no puedo apartar una sonrisa de oreja a oreja de mi cara.
De repente, un escalofrío recorre mi espalda.
Pero no es porque haya besado a Harry, después de tanto haberlo imaginado en mi mente, sino porque me estoy calando hasta los huesos.
- Será mejor que nos movamos, está lloviendo cada vez más fuerte - me dice él dándome la mano.
Asiento y vamos andando hacia uno de los balcones salientes de el edificio que tenemos enfrente.
Cogidos de la mano, bajo la lluvia.